Los danitas
181Por entonces no había rey en Israel. Entonces también la tribu de Dan andaba en busca de su heredad para establecerse, porque aún no había recibido su heredad entre las tribus de Israel.
2Los danitas enviaron a cinco de sus hombres, gente aguerrida, de Sorá y Estaol, a explorar el país, con el encargo de examinar el país. Fueron a la serranía de Efraín y llegaron a casa de MIcá para hacer noche allí.
3Cuando estaban cerca de la casa de Micá, reconocieron la voz del levita y se acercaron. Le preguntaron:
-¿Quién te trajo acá? ¿Qué haces aquí? ¿En qué te ocupas?
4Él les contó cómo lo había traído Micá, y añadió:
-Me ha contratado como capellán.
5Ellos le pidieron:
-Consulta a Dios, a ver si va a salirnos bien este viaje que estamos haciendo.
6El sacerdote les dio esta respuesta:
-Id tranquilos. El Señor ve con buenos ojos vuestro viaje.
7Los cinco hombres se pusieron de camillo y llegaron a Lais. Observaron a la gente que vivía en aquel pueblo: era gente confiada, como suelen ser los fenicios; vivían tranquilos y seguros, nadie cometía acciones ignominiosas y estaban bien abastecidos. Sidón les quedaba lejos y no tenían relaciones con los sirios.
8Los exploradores volvieron a Sorá y Estaol, a sus paisanos, que les preguntaron:
-Hermanos, ¿qué noticias traéis?
9Respondieron:
-¡Vamos, marchemos contra ellos! Que hemos visto aquel país, y es de lo mejor. ¡Y os quedáis parados! No dudéis en marchar allá a apoderaros del país; 10que os vais a encontrar una gente confiada, unos terrenos espaciosos que Dios os da, un sitio donde no escasean los productos del campo.
11Entonces emigraron de Sorá y Estaol seiscientos hombres armados de la tribu de Dan. 12Subieron y acamparon cerca de Quiriat Yearim* de Judá; por eso aquel sitio se llama hasta hoy Majné Dan* (queda a poniente de Quiriat Yearim). 13Desde allí pasaron la montaña de Efraín y llegaron cerca de la casa de Micá.
14Los cinco exploradores del país dijeron a sus paisanos:
-Sabed que en esta casa hay un efod, unos amuletos y una estatua chapeada. Vosotros veréis que hacéis.
15Se desviaron hacia allá, llegaron a casa del levita y lo saludaron. 16Los seiscientos danitas armados se quedaron en guardia junto al portal de entrada, 17y los cinco exploradores del país se adelantaron y se metieron dentro a tomar la estatua, el efod y los amuletos y al sacerdote, mientras los seiscientos hombres armados estaban en guardia junto al portal de entrada. 18Se metieron en la casa y tomaron el ídolo, el efod y los amuletos, pero el sacerdote les dijo:
-¿Qué estáis haciendo?
19Le contestaron:
-¡Tú, a callar! Callar la boca y vente con nosotros a ser nuestra padre y sacerdote. ¿Qué te conviene más: ser capellán en casa de un particular o sacerdote de una tribu y un clan israelita?
20Al sacerdote le gustó. Recogió el efod, los amuletos y el ídolo y se fue con ellos. 21Emprendieron la marcha, colocando en cabeza a las mujeres y niños, el ganado y sus enseres. 22Iban ya lejos de la casa, cuando MIcá y los que estaban junto a la casa, dando la alarma, los persiguieron de cerca. 23Como venían gritando, los danitas miraron atrás y preguntaron a Micá:
-¿Qué te pasa, que has dado la alarma?
24Micá contestó:
-Me habéis robado mi dios, que me había hecho, y mi sacerdote y os vais sin dejarme nada, ¿y todavía me decís qué me pasa?
25Los danitas contestaron:
-¡Qué no te oigamos más! No sea que nos calientes y caigamos sobre vosotros, y perezcas tú con los tuyos.
26Y siguieron camino. Micá tuvo miedo, porque eran más fuertes ellos, y se volvió a su casa.
27Los danitas, con el ídolo que había hecho Micá y con el sacerdote que tenían, fueron a Lais, a aquella gente tranquila y confiada. Los pasaron a cuchillo e incendiaron la villa. 28No hubo quien los librara, porque estaban lejos de Sidón y no tenían relaciones con los sirios. Estaba situada en el valle que llaman Bet Rehob*. La reconstruyeron y se instalaron en ella, 29llamándola Dan, en recuerdo del patriarca hijo de Israel. Antiguamente se llamaba Lais.
30Los danitas entronizaron el ídolo. Y Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, con sus hijos, fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el destierro. 31Todo el tiempo que estuvo el templo de Dios en Siló tuvieron instalada entre ellos la estatua de Micá.
Explicación.
18,1 Véase el puesto de Dan en el reparto de Josué, Jos 19,40-48. A Dan le tocó una zona en el reparto, pero sólo pudo ocupar una parte y aún esa no pudo mantenerla, por culpa de los filisteos. Subiendo hacia el norte, encontrarán todos los territorios ocupaos por otras tribus, hasta que llegan al extremo septentrional.
18,2 Se repite la exploración como en Nm 13 y Jos 2. Podemos pensar que otras tribus tuvieron que hacer su propia exploración antes de avanzar. Lo nuevo de Dan es que gran parte del territorio ya era israelita.
18,3 No está claro si reconocen la voz de la persona, viejo conocido, o si reconocen un acento peculiar; aunque Dan linda con Judá, Belén queda algo lejos.
18, 5 1 Sm 23,9-12.
18,6 En su respuesta el levita habla en nombre del Señor, comunicando el oráculo que ha obtenido quizá con el efod (1 Sm 23, 9; 30,7).
18,7 La descripción tiene la inmediatez de abundantes participios. En vez de "nadie cometía..." leen otros "no escasean los productos del campo", armonizando con el v.10; pero hay que notar las diferencias del mensaje. Se trata de un sitio ideal: un pueblo pacífico, honesto, rico, aislado, bien poco parecido a los vecinos filisteos. Cerca de las fuentes del Jordán, al pie del Hermón, fértil y apacible, se encuentra el lugar de la antigua Lais, a la altura de Tiro, entre los fenicios y los arameos de Damasco; la continuación meridional del Líbano y el Hermón la aíslan de peligros y contactos; hay que subir por el valle del Jordán, pasando el lago Genesaret y el lago Hule, para alcanzarla.
18,9-10 Más que un informe, traen una arenga, en la que apelar a Dios es el principal argumento.
18,11 A esa cifra hay que añadir mujeres, niños y personas incapaces de luchar.
18,12 * = Villasotos; Castrodán.
18,15-18 El relato no procede con claridad. Podemos imaginarnos una tapia y un portal que da a un patio o cercado; dentro de él la casa de Micá, y la capilla separada o formando parte del edificio. Los cinco conocidos entran y saludan sin despertar sospechas; pero cuando comienzan a coger los objetos sagrados, el levita interviene. Entre tanto los soldados hacen guardia fuera, junto al portal, mientras que el campamento queda a cierta distancia. Lo más significativo es la rapacidad sin escrúpulos de estos danitas y la venalidad del levita.
18,24 Para oídos hebreos la expresión "mi dios, que me había hecho" tiene un dejo irónico o blasfemo; ¿cómo puede el hombre hacerse un dios? también el sacerdote lo ha hecho él, consagrándolo. "Sin dejarme nada": es posible que Micá sacase ganancias de su sacerdote, si gente de las cercanías acudían para consultar el oráculo.
18,28 * = Casagrande.
18,30 El hacer remontar el sacerdocio a la familia de Moisés parece originalmente un intento de justificación; los escribas tardíos han cambiado el nombre de Moisés en Manasés, metiendo una ene. Si ha durado hasta el destierro, significa que empalma con la reforma cismática de Jeroboán; es decir, que el usurpador se apoya en un culto ya existente.
18,31 Quizá Siló sea un error, casual o intencionado, en vez de Lais. En Siló estuvo el arca hasta que la capturaron los filisteos, 1 Sm 4.
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