viernes, 1 de diciembre de 2017

JUECES. CAPÍTULO 9.

Abimelec

91Abimelec, hijo de Yerubaal, fue a Siquén, a casa de sus tíos maternos, y les propuso a ellos y a todos los parientes de su abuelo materno, lo siguiente:
2-Decid a los siquemitas: ¿Qué os conviene más, que os gobiernen setenta, es decir, todos los hijos de Yerubaal, o que os gobierne uno solo? Y no olvidéis que yo soy de vuestra sangre.
3Sus tíos maternos lo comunicaron a los siquenitas, y ésetos se pusieron de parte de Abimelec, pensando:
-¡Es pariente nuestro!
4Le dieron setecientos gramos de plata de Baal del Pacto, y con ese dinero Abimelec asalarió a unos cuantos desocupados y aventureros que se pusieron a sus órdenes. 5Luego fue a casa de su padre, a Ofrá, y asesinó a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, a setenta hombres en la misma piedra. Sólo quedó Yotán, el hijo menor de Yerubaal, que se había escondido.
6Los de Siquén y todos los de Bet Milló* se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.
7En cuanto se enteró Yotán, fue, y en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello:
8-¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: Sé nuestro rey. 9Pero dijo el olivo: <<¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?>> 10Entonces dijeron a la higuera: <<Ven a ser nuestro rey>>. 11Pero dijo la higuera: <<¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso para ir a mecerme sobre los árboles?>> 12Entonces dijeron a la vid: <<Ven a ser nuestro rey. 13Pero dijo la vid: ¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?>> 14Entonces dijeron todos a la zarza: <<Ven a ser nuestro rey>>. Y les dijo la zarza: <<Si de veras queréis ungirme vuestro rey, venid a cobijaros bajo mi sombra, y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano>>.
16<<Pues bien, ¿habéis procedido sincera y lealmente proclamando rey a Abimelec? ¿Os habéis portado bien con Yerubaal y su familia? ¿Os habéis portado con él como merecían los favores que os hizo? 17-Mi padre luchó por vosotros exponiéndose a la muerte y os libró del poder de Madián-. 18Al contrario, os habéis sublevado hoy contra la familia de mi padre, asesinando a sus hijos, setenta hombres, en la misma piedra, y habéis nombrado rey de los siquemitas a Abimelec, hijo de una criada de mi padre, con el pretexto de que es pariente vuestro. 19Si os habéis portado hoy sincera y lealmente con Yerubaal y su familia, celebradlo con Abimelec y que él lo celebre con vosotros; 20pero si no es así, ¡salga de Abimelec fuego que devore a los de Siquén y a los de Bet Milló, salga fuego de los de Siquén y de los de Bet Milló que devore a Abimelec!>>
21Luego Yotán emprendió la huida y marchó a Beer*; allí se quedó por miedo a su hermano Abimelec.
22Abimelec gobernó a Israel tres años. 23Dios enconó las relaciones entre Abimelec y los siquemitas, que lo traicionaron. 24Así, el asesinato de los setenta hijos de Yerubaal, la sangre de sus hermanos, recayó sobre Abimelec, que los había asesinado, y sobre los de Siquén, cómplices del asesinato. 25Los de Siquén le pusieron emboscadas en los puertos de la sierra y despojaban a los caminantes que pasaban por allí. Abimelec se enteró.
26Gaal, hijo de Obed, vino a Siquén con sus hermanos y se ganó la confianza de los siquemitas. 27Salieron al campo, a la vendimia, pisaron la uva y celebraron la fiesta; fueron al templo de su dios y comieron y bebieron entre maldiciones a Abimelec. 28Gaal, hijo de Obed, les dijo:
-¿Quién es Abimelec y qué es Siquén para que seamos sus esclavos? ¡Un hijo de Yerubaal, y Zebul, su gobernador, que sirvieron en casa de Jamor, padre de Siquén! ¿Por qué vamos a ser sus esclavos? 29¡Ah, si yo tuviera poder sobre este pueblo! Quitaría de en medio a Abimelec. Le diría: <<Refuerza tu ejército y sal>>.
30Zebul, gobernador de la ciudad, oyó el discurso de Gaal, hijo de Obed, y se encolerizó, 31y mandó emisarios a Abimelec, avisándole:
-Mira, Gaal, hijo de Obed, ha venido con sus parientes a Siquén y está soliviantando la ciudad contra ti. 32Ven de noche con tu gente y pon emboscadas en el campo; 33por la mañana madrugas al salir el sol y atacas la ciudad. Gaal y los suyos saldrán a presentarte batalla; entonces actúa, que es tu ocasión.
34Abimelec se puso en marcha de noche con su gente y se emboscaron frente a Siquén, divididos en cuatro cuerpos. 35Gaal, hijo de Obed, salió y se detuvo a las puertas de la ciudad, y Abimelec con su gente surgió de la emboscada. 36Cuando Gaal los vio, dijo a Zebul:
-Mira, baja gente de las cumbres de los montes.
Zebul contestó:
-Las sombras de los montes se te antojan hombres.
37Pero Gaal insistió:
-Baja gente de Tabbur Haares*, y un grupo avanza por el camino de Elón Meonenim*.
38Entonces Zebul le dijo:
-¿Dónde está esa boca que decía: <<¿Quién es Abimelec para que seamos sus esclavos?>> ¡Esos son los que despreciabas! Sal ahora y lucha con ellos.
39Gaal salió al frente de los siquemitas y entabló batalla con Abimelec. 40Abimelec lo persiguió. Gaal emprendió la huida y muchos cayeron muertos cuando huían hacia las puertas de la ciudad. 41Abimelec se volvió a Arumá, y Zebul desterró de Siquén a Gaal y sus parientes.
42Al día siguiente, los de Siquén se echaron al campo, y Abimelec se enteró; 43tomó  a su gente, la dividió en tres cuerpos y se emboscó en el campo. Cuando los vio salir de la ciudad, se lanzó al ataque y los destrozó. 44Abimelec y los de su grupo se abalanzaron contra la ciudad y tomaron posiciones en las puertas, mientras los otros dos grupos atacaban y derrotaban a los del campo. 45Todo aquel día estuvo Abimelec atacando la ciudad; al fin la conquistó, pasó a cuchillo a todos sus habitantes, la arrasó y la sembró de sal.
46Al saberlo los de la Torre Siquén, se refugiaron en la cripta del templo del dios del Pacto. 47Abimelec se enteró de que estaban reunidos los de Torre Siquén; 48subió al Har Salmón* con toda su gente, empuñó un hacha, cortó una rama de un árbol y se la echó al hombro, mientras decía a los suyos:
-¡Aprisa, haced lo que me veis hacer!
49Cada uno cortó una rama y siguieron a Abimelec. Apoyaron las ramas sobre la cripta y prendieron fuego al techo. Murieron todos los de Torre Siquén, unos mil hombres entre hombres y mujeres.
50 Después de Abimelec fue a Tebes, la sitió y la conquistó. 51En medio de la villa había una torre fortificada, y allí se refugiaron todos los hombres y mujers de la población, aseguraron por dentro los cerrojos y se subieron a la azotea. 52Abimelec llegó junto a la torre, intentando asaltarla, 53se aproximó a la puerta para prenderle fuego, pero una mujer le dejó caer sobre la cabeza una piedra de moler y le partió el cráneo.. 54Abimelec llamó en seguida a su escudero y le dijo:
-Sáca la espada y remátame, que no se diga <<lo mató una mujer>>.
Su escudero lo atravesó, y murió.
55Al ver los israelitas que había muerto Abimelec, cada cual se fue a su casa. 56Así pagó Dios a Abimelec lo mal que se portó con su padre, asesinando a sus setenta hermanos. 57Y todo el mal que hicieron los de Siquén, Dios los hizo recaer sobre ellos. Sobre ellos cayó la maldición de Yotán, hijo de Yerubaal.

Explicación.

ABIMELEC

Como el último capítulo de Josué, éste nos traslada al corazón de Palestina, a Siquén, la ciudad situada entre el Ebal y el Garizín, bien comunicada, medianamente defendible; ciudad central, si miramos a Dan y Berseba, al lago de Genesaret y al Mar Muerto, al valle del Jordán y al de Sarón.

El libro de Josué no hace ninguna referencia a una conquista militar de Siquén, a pesar del afán del autor por enriquecer sus listas; la arqueología confirma ese silencio, pues no hubo destrucción de la ciudad hasta finales del siglo XII. También el Génesis habla de una presencia de Jacob-Israel en la zona, que concluye violentamente por causa de Simeón y Leví, Gn 34; Jos 24,32 recoge una tradición según la cual Jacob había comprado cerca de Siquén una propiedad donde enterrar los huesos de José.  Leví como tribu se dispersa, Simeón reaparece al sur, donde se funde con Judá. El capítulo presente supone una convivencia pacífica de poblaciones cananeas e israelitas en la comarca.

En la dinámica de la obra el capítulo sirve de contraste, y su personaje de antagonista. Se elige a sí mismo, rompe la paz, pierde en vez de salvar. Su muerte violenta es como una némesis que restablece el curso de la historia. Literariamente es uno de los capítulos más ricos. Tiene tipos mejor trazados, variedad de escenas, intervención coral. Con material heterogéneo el autor último ha sabido componer un relato que se impone por su belleza trágica.

Es extraño  que el tema no haya sido explotado por dramaturgos y compositores. Para montar las piezas, el autor utiliza desde luego el enlace normal: "le informaron, se enteró", tan frecuente en la narrativa hebrea; a esto añade otras correspondencias sutiles que iremos notando. La historia es bastante "profana" en su desarrollo; es decir, Dios actúa en la penumbra o deja correr los acontecimientos. Sölo a la mitad el autor atribuye a Dios el cambio radical de dirección, y al final reflexiona sobre esa acción como sacando la moraleja.

9,1-6 Se diría que en Siquén hay una población mixta de cananeos e israelitas; la familia materna de Abimelec sería cannaea y el mensaje se dirige a los señores (¿propietarios?) de la ciudad. Abimelec apela a su parentesco y propone un gobierno monárquico, sin emplear todavía el término de rey; a los siquemitas les impresiona el argumento del parentesco, que equivale a un gobierno local, en vez de sometimiento a un poder externo, con el consiguiente pago de tributos.  

9,4-5  En el templo se guardaba el tesoro religioso y también el civil. Los comienzos de Abimelec no difieron mucho de los de David. Su ejército en cambio se parece bien poco a los voluntarios que han combatido bajo Barac o a los soldados de Gedeón; gente sin oficio y sin escrúpulos, que aureolan a tal jefe. Desde el principio maraca a Abimelec la rapidez en decidir y actuar. Esa piedra única hace pensar en un lugar de ejecución, en un asesinato por orden y despiadado.
9,6 * = El Terraplén podría ser un barrio o una sección fortificada (una alcazaba). Es notable la aliteración de este verso, montada sobre las consonantes de rey mlk. 

9,7-21  Yotán gritando desde la montaña sagrada es la voz superviviente de Gedeón, es como la voz de la conciencia que acusa, casi voz profética. Natán, Isaías, Ezequiel imitarán sus procedimientos oratorios. Yotán puede ser nombre teofórico que significa "Yhwh es perfecto", y tiene un extraño parecido con huérfano yatom. No le quedan más armas que la voz y la palabra, pero su maldición será más fuerte que el valor y las armas del hermanastro. No tiene personalidad independiente, aparece y desaparece de la narración, con la función exclusiva de pronunciar ese discurso. Sus últimas palabras son como una síntesis de las bendiciones y maldiciones pronunciadas litúrgicamente en aquel lugar, según Jos 8,30ss, con un acento enfático sobre la maldición.

9,7 Es un poco exagerado decir que desde la cumbre se hace oír; el efecto es más bien exaltar su figura y su púlpito; recuérdese Is 13,2; 40,9. Sus primeras palabras son un nuevo alarde de aliteración.

9,8 El apólogo no parece de origen israelítico, ya que pone en bina complementaria a dioses y hombres. El estilo se basa en la repetición sucesiva de fórmulas, al gusto popular o infantil; el ritmo varía levemente algunas fórmulas; repetición y cambios preparan y subrayan el elemento final. Olivo, higuera y vid (o parra) son plantas básicas en la economía del país; con ellos contrasta la nobleza de los cedros del Líbano (de buena madera, pero sin frutos) y la mezquindad dañina y peligrosa de la zarza.

9,9 El verbo kbd significa engordar, enriquecer, sustentar, honrar. El aceite se usa también en el culto y para ungir reyes y sacerdotes. La primera visita de los árboles es para ungir al oivo: ¿hay ironía en la propuesta?, ¿hay una alusión al primer intento de ungir a Gedeón?

9,13 Alegrar o también festejar.

9,15 No carece de ironía que la zarza ofrezca su sombra, su asilo, a los árboles; en cambio no extraña que sea causa de un incendio forestal. El tema del fuego y las ramas se materializa en 48-49; el tema de la sombra resuena con otra función en el v.36. La parábola es ya bastante significativa: los nobles cedros de Siquén han elegido rey a una zarza siniestra que será su ruina.

9,16-20 Yotán aplica la parábola explotando los últimos elementos en una peroración elocuente y apasionada. En sus palabras indica que también los siquemitas sufrían bajo los golpes de Madián.

Tratándose de una pequeña pieza de oratoria antigua, es interesante observar sus recursos: las preguntas retóricas, las condicionales, la fuerte antítesis entre dos conductas, la ponderación de los hechos, la periodización en grupos ternarios (habéis - habéis - habéis / luchó - se expuso - salvó / sublevad - matado - nombrado rey), el movimiento rítmico de contracción y expansión de la frase.

9,21 * = El Pozo.

9,22 La escueta noticia es problemática, porque no explica su alcance y porque no sabemos si es histórica. El verbo empleado puede significar reinar en lenguaje semítico oriental. Israel suele designar la confederación de tribus.

9,23-24 El cambio de situación no se produce por razones visibles, en un cauce narrativo lógico. Un poco ex machina el autor lo introduce con una reflexión teológica, redactada en fórmulas muy intelectuales, con paralelismos y desarrollo por sucesiva bifurcación; el punto capital es que el castigo mutuo pagará la mutua complicidad. Es significativo el subrayado del término hermanos: apelando a una hermandad: los siquemitas han nombrado rey a Abimelec, y para ello han ayudado a quebrantar otra hermandad más íntima; cómplices de un fratricidio, la sangre envenenará la amistad que fundó.

El "mal espíritu" (que encona las relaciones) se opone al espíritu que mueve a los héroes auténticos: Jefté y Sansón.

9,25 El movimiento de caravanas asegura el comercio exterior y rinde a quien cobra impuestos de tránsito; el bandidaje desarticula esa comunicación y hace que las caravanas busquen rutas más seguras. Si se trata de grupos menores de caminantes, el daño sufrido crea enemistades y rencores de grupo. De este modo comienza la tensión entre siquemitas y Abimelec. Este se entera, pero difiere la acción.

9,27 2 Sm 16,10; 1 Re 21,10.

9,26-41 El episodio de Gaal tiene las trazas de una inserción: la narración podría sostenerse sin él, Gaal aparece y desaparece sin antecedentes ni consecuentes, es hasta ahora un desconocido, lo mismo que Zebul. Con todo, el episodio enriquece el relato con una figura interesante y con una escena sugestiva; al retrasar el desenlace, permite que crezca la tensión entre las dos partes.

El nombre del personaje, tal como lo da el texto actual, se traduce "Fastidio, hijo de Esclavo". La raíz g´l significa también rechazar, repudiar, abortar; ´ebed forma parte de nombres teofóricos como Abdías, Abdula, Abdeel. Con el nombre juega el comienzo del episodio, con el apellido el final.

Gaal repite con variaciones el comienzo de su rival: convence a los siquemitas y los pone de su parte. Apela al honor de los vecinos -Abimelec a la conveniencia-, se trae su familia -Abimelec impuso el mando de uno-, se queda a residir en Siquén -Abimelec reside fuera-. Gaal habla, mientras Abimelec actúa. Muy pronto se verá que la táctica de Abimelec es superior; con todo, ya no logrará sanar la división.

9,26 La rapidez de su éxito parece indicar que Gaal era también siquemita: lo confirma el plural "nosotros" de su discurso.

9,27 El narrador tiene prisa en avanzar y acumula ocho versos en una frase. La fiesta de la vendimia era especialmente alegre, incluía sacrificios con banquete sagrado. En medio de la borrachera se sueltan las lenguas; maldecir al rey es delito de lesa majestad, véanse Is 8,21; 2 Sm 16,10; 19,22; 1 Re 21,10.

9,28-29 Esta nueva pieza oratoria es más bien un ejemplo minúsculo de demagogia, con recursos simples, preguntar retóricas, admiraciones, triple repetición del verbo servir. En el v.28 traducen otros "sirvan" en vez de  "sirvieron". El "salir" es militar, y funciona como palabra clave en el episodio.

9,30 Zebul significa "príncipe". Representaba en la ciudad al rey, que residía fuera. No se atreve a intervenir personalmente, porque conoce la situación: las simpatías de que goza Gaal.

9,34-38 El autor se coloca a sí mismo y al lector en un puesto en que abarca los dos campamentos y los va presentando en mirada alterna, en rápido progreso; después, retrasa el encuentro con un diálogo que revela la cobardía del fanfarrón Gaal.

9,37 * = Ombligo de la tierra: es el lugar donde la tierra se une al cielo, y es el centro religioso del orbe: Babilonia para los babilonios, Roma para los romanos, etc.
*= Encina de los adivinos.

9,39-40 Al llegar el encuentro de las dos fuerzas, el autor nos defrauda. La victoria hubo de ser parcial, cuando Gaal puede abandonar incólume la ciudad.

9,42 La salida de los siquemitas al campo parece pacífica. Expulsado el principal culpable, se creen quizás seguros. Para Abimelec ha llegado el momento de la venganza. Sembró de sal según Dt 29,33.

9,46 Da la impresión que Torre-Siquén se encuentra separada de la capital, quizá templo-fortaleza.

9,48 * = Monte Umbrío.

9,48-49 A la letra, sale fuego de la zarza, como decía el apólogo de Yotán. Y el Monte Umbrío (llamado así por su arbolado) ofrece extraña sombra o refugio a la ciudad: Umbrío es salmón aliterado como sombra sel. 

9,50  Tebes cae unos quince kilómetros al nordeste de Siquén.

9,54 1 Sm 31,4.

9,55 Se trata de aquellos israelitas que seguían a Abimelec en su lucha contra los cananeos de Siquén.

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